martes, 4 de diciembre de 2007

El Hierro (Árbol Garoé)


En tiempos de la conquista de la isla del Hierro no había otra fuente de agua que un árbol al que llamaban Garoé. El árbol proporcionaba agua a todos los habitantes de la isla, incluyendo el ganado, así que no de extrañar que fuera considerado una deidad por los bimbaches o antiguos pobladores de El Hierro. Esto no es una leyenda. Por ejemplo, ya se habla de la existencia del árbol sagrado en la crónica que escribió Fray Bartolomé de las Casas en su ruta hacia Ámerica. El Garoé tenía un diámetro de metro y medio aproximadamente y era un espécimen absolutamente excepcional. De hecho hoy día no existe en la isla ningún otro árbol de esta especie con un tronco tan ancho. Lo que hacía especial al Garoé era su capacidad para captar el agua de las nieblas. Según leo en la red, la explicación del fenómeno es la siguiente: Los vientos alisios, de componente Noreste, afectan de forma constante a las Islas Canarias, aunque predominantemente en el verano. La capa inferior del alisio, fresca y húmeda por su recorrido sobre el mar, asciende al entrar en contacto con la orografía insular. En su ascenso, el aire se condensa dando lugar a nubes que se encuentran con la tapadera de la capa superior del alisio, más cálida y seca. Cuentan que cuando los bimbaches vieron llegar la expedición franco española de Juan de Bethencourt, decidieron en asamblea cubrir las copas del Garoé para que no fuera descubierto por los extranjeros, quienes quizás desistieran de la empresa de conquistar la isla si no encontraban agua.El Garoé fue arrancado de cuajo por un huracán en 1610. Los habitantes de la isla enviaron entonces una carta al rey de España (¿Felipe III?) con la esperanza de que les enviara ayuda. Desgraciadamente, como en ella hablaban de un árbol sagrado , nadie los tomó en serio por pensar que se trataba de una simple superstición. Muchos murieron de sed.

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